La persona en cuestión nació en 1973, un año que se considera bueno para nacer, aunque no tan bueno para la compra de gasolina debido a la crisis del petróleo y el golpe de estado a Salvador Allende. A lo largo de su vida, ha sorteado diversas crisis de diferentes maneras. Su nombre, César Augusto, le fue otorgado por su abuela, quien aparentemente tenía una influencia considerable y altas expectativas, incluso con alusiones a figuras imperiales.